Decir que la naturaleza es sabia no es ningún secreto; como todos ya conocemos, en el ciclo vital de la Tierra se llevan a cabo ciertas variaciones climáticas que nos permiten dividir nuestro año corriente en cuatro periodos o estaciones. Aunque no seamos conscientes de ello, estas variaciones afectan a los seres humanos y, actualmente, nos afectan todavía más debido a todos los cambios climáticos que está viviendo la Tierra como consecuencia de muchos factores, siendo el más importante el aumento de la temperatura solar.
Cada periodo o estación del año tiene sus efectos particulares sobre nosotros. Hoy, nos encontramos en pleno periodo de transición, a punto de cerrar la época estival y entrar en el misterioso otoño.
Durante las estaciones de primavera y verano los días son mucho más largos que las noches, por lo que pasamos más horas al aire libre y más tiempo expuestos a la radiación solar. Si bien, todos los consejos que puedan darnos los especialistas acerca de los efectos negativos de los rayos solares, solemos preocuparnos y centrar nuestra atención en la piel, olvidándonos muchas veces de otra parte importante de nuestro cuerpo que requiere de gran atención: el cabello y el cuero cabelludo.
